El sueño es una necesidad biológica fundamental que impacta directamente en la salud física y mental. Durante el embarazo, las mujeres experimentan múltiples cambios hormonales, físicos y emocionales que pueden afectar su calidad de sueño. Aunque es sabido que las gestantes suelen dormir peor, pocos estudios han comparado específicamente las causas que fragmentan el sueño en mujeres embarazadas y no embarazadas. Con este propósito, investigadores del Hospital Italiano de Buenos Aires realizaron un estudio con 320 mujeres embarazadas y 304 mujeres no embarazadas para analizar qué factores afectan el sueño en cada grupo y cómo estos varían a lo largo de los trimestres de gestación. Se utilizaron encuestas anónimas y cuestionarios específicos para evaluar tanto las interrupciones del sueño como la presencia de trastornos del sueño.
Los
resultados del estudio fueron:
- En las embarazadas, los
principales motivos que fragmentaban el sueño fueron:
- Necesidad de orinar
(85,6%)
- Posición incómoda al dormir
(44,3%)
- No poder rotar en la cama
(36,2%)
- Dolor lumbar y calambres
(33,8% y 28,4%, respectivamente)
- Pesadillas (44%)
- Reflujo gastroesofágico
(24,6%)
- En contraste, las
mujeres no embarazadas presentaban menos interrupciones del sueño, aunque
con mayor prevalencia de insomnio,
bruxismo y somnolencia excesiva.
- A lo largo del
embarazo, la fragmentación del sueño aumentó significativamente, siendo el
tercer trimestre el más afectado,
debido al incremento del peso corporal, la presión del útero sobre la
vejiga y los cambios hormonales que afectan el ciclo del sueño.
- En cuanto a los
trastornos del sueño, las embarazadas mostraron una mayor incidencia de:
- Pesadillas (44% vs. 4.9% en no
embarazadas)
- Ronquidos con pausas respiratorias (31%
vs. 3%)
- Movimientos periódicos de piernas
(28,7% vs. 12,1%)
Los
resultados confirman que el embarazo es una etapa de alta vulnerabilidad para
la calidad del sueño. Si bien es natural que ocurran cambios, la falta de
descanso adecuado puede tener consecuencias negativas en la salud materna y
fetal. La interrupción constante del sueño se ha asociado con un mayor riesgo
de depresión posparto, alteraciones metabólicas y complicaciones obstétricas.
Se concluyo que:
- Se debe de educar a las gestantes sobre la importancia del sueño: Es fundamental que los profesionales de
salud incluyan la evaluación del sueño en los controles prenatales,
brindando información sobre los cambios esperados y estrategias para
manejarlos.
- Promover hábitos de higiene del sueño:
Recomendar a las embarazadas técnicas como establecer horarios regulares,
evitar estimulantes antes de dormir y realizar ejercicios de relajación
puede mejorar su descanso.
- Fomentar el uso de posiciones adecuadas para dormir: Dormir de lado, preferentemente sobre
el lado izquierdo, con el apoyo de almohadas entre las piernas y bajo el
abdomen, puede reducir molestias y mejorar la circulación.
- Manejar los síntomas que afectan el sueño: Estrategias como reducir la ingesta de
líquidos antes de dormir pueden ayudar a disminuir la frecuencia urinaria
nocturna, mientras que evitar comidas pesadas previene el reflujo.
Valiensi SM, Izbizky GH. Análisis de causas o motivos que
fragmentan el sueño y los trastornos del sueño, en mujeres embarazadas y no
embarazadas [Analysis of causes or reasons that fragment sleep and sleep
disorder in pregnant and non-pregnant women]. Rev Fac Cien Med Univ Nac
Cordoba. 2022;79(4):318-326.
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9987300/
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